Hace algunos dÃas en una cita de coaching encontré a una persona que se decÃa «ser rara». DecÃa que esa rareza provocaba que otras personas lo trataran como si de alguna forma les incomodara. Entonces él trataba de acomodarse a los demás, de adaptarse para «encajar», para evitar esa incomodidad.
SabÃa que se incomodaban por él, pero no sabÃa porque. La razón quizá sea que esa «rareza» es más bien autenticidad, una gran virtud en este tiempo en que las modas arrasan con las personalidades. Los otros se incomodan al saber que el si puede ser él mismo, que está corriendo el riesgo y lo está logrando, a pesar de comentarios e incomodidades.
Un coach te acompaña, te da fuerza. Te ayuda a pensar diferente y a desarrollar tu potencial para que llegues muy alto.
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